Plancha Sobre La Fortuna

A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.

Hermanos, la masonería nos prepara incluso sin que estemos conscientes de ello, imprimiendo enseñanzas y mensajes que en distintas ocasiones retumban en nuestras mentes sin que hayamos realizado un ejercicio activo o voluntario, resurgiendo en momentos tan inverosímiles como los que vivimos actualmente. Me vienen a la mente aquellas palabras que el Venerable Maestro pronuncia en el momento de instalar a su cuadro logial, habiéndole dado ingreso a todos los hermanos, del grado que fueren, cuando expresa: “Que hemos nacido del mismo origen, que participamos de una misma naturaleza y que nos asocia una misma esperanza y que aunque las distinciones que existen entre los hombres obedecen a una necesidad de mantener subordinación, no debemos olvidar, con todo, que cualquiera que sea nuestra preeminencia o nuestro rango, somos hermanos, y que el que hoy ocupa el lugar inferior en la rueda de la fortuna, tiene derecho a toda nuestra consideración, porque tiempo vendrá que el hombre más sabio no podrá decir cuando, en que todas las distinciones excepto la de la virtud, dejarán de ser, y la muerte, la gran niveladora de las humanas grandezas, nos reducirá a todos a una misma condición.” (El subrayado es nuestro.) En las palabras antes expresadas, se hace referencia a la muerte como la Gran Niveladora, pero existen situaciones como las actuales, inesperadas, innimaginadas que nos dan un golpe de humildad y nos hacen tocar fondo y de manera abrupta; que nos ponen un alto, que nos dejan a todos en un punto bien bajo en esa rueda de la fortuna. Recordando estas palabras, meditando como todos, sobre el posible origen del virus que nos azota, con tanta información cruzada, con tanto tiempo de ocio, quise hacer un pequeño trazado sobre la Fortuna, viéndola desde ciertos ángulos, desde el masónico, por supuesto, pero también repasando enseñanzas que hemos recibido fuera de la Orden, tales como mitología, parábolas, noticias y hasta música. En diferentes culturas han existido figuras a las que se les atribuía la buena fortuna, y sé que me quedo corto, pero a manera de ejemplo, podemos mencionar:
  1. ) Fortuna (diosa romana)
  2. ) Tique (diosa de la buena fortuna en Grecia)
  3. ) Caishen (en China) dios de la prosperidad
  4. ) Laksmi (en India)
  5. ) En japón, los siete dioses de la fortuna siendo Hotei el de la abundancia y la buena salud
  6. ) Incluso figuras como: San Patricio, San Cono o San Conito, San Cayetano ligados todos ellos a la buena fortuna.
Igualmente, leyendo sobre la suerte, en (Ecl. 9.2,3 RVR 1960) Salomón (a quien se atribuye estelibro) señala: – A todos les sucede lo mismo: Hay una misma suerte para el justo y para el impío; para el bueno, para el limpio y para el inmundo; para el que ofrece sacrificio y para el que no sacrifica. Como el bueno, así es el pecador; como el que jura, así es el que teme jurar. Este mal hay en todo lo que se hace bajo el sol: que hay una misma suerte para todos.– Caóticas y lapidarias palabras, pero también dignas, como todo, de análisis y con mucha validez para una rama del pensamiento, en las que se defiende que las Leyes Universales, existen, están ahí y aunque las desconozcamos, son inalterables y de forzoso cumplimiento. También, recordamos siempre, la parábola de Job: – Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. (Job 1.20-22 – RVR 1960). (El subrayado y resaltado es nuestro.) Miren que curioso, actualmente afeitarse la cabeza está siendo utilizado por el personal médico de algunos países como medida de prevención de contagio pues el virus se adhiere al cabello, pero también esta siendo utilizado de manera simbólica, por personas que quieren expresar su agradecimiento y en honor a quienes están batallando de frente en contra de la enfermedad, sin olvidar tampoco a aquellos que lo hacen por simplemente recrearse y hacer una nota jocosa. Es muy curioso también, que han salido noticias, en las que un líder político, espiritual, ultra ortodoxo, atribuyó como causa del brote del virus y de la pandemia, a un castigo directo del cielo en contra los desfiles a favor de la homosexualidad (gay parade). En el campo científico Stephen Hawkings -todos recordaremos que es un científico parapléjico, y que razones podría tener para sentirse desafortunado- nos regala un pensamiento, no una predicción, ni una adivinación, pero a través de su pensamiento crítico deduce escenarios como este: “Creo que la vida en la Tierra está ante un riesgo cada vez mayor de ser destruida por un desastre, como una guerra nuclear repentina, un virus creado genéticamente u otros peligros.” Escalofriante, y de ello también se ha hablado, ya no como meros rumores, sino con acusaciones directas de que el virus fue producto manufacturado científicamente y deliberadamente esparcido. Esto al más alto nivel político de las naciones más grandes del mundo. Por último, cito una parte de la canción, Maestra Vida escrita por Rubén Blades, que dice:

“En dios me acuerdo primero Solo en trance de morirme O a veces cuando estoy triste mas nunca si estoy contento No dura agradecimiento Pa’ aquel que nos da la mano Tan pronto nos sale el clavo Se olvida to’o el sufrimiento.” (El resaltado es nuestro.)

En fin, lo anterior puede llevarnos a ciertas conclusiones, por ejemplo: que muchas personas tendemos a atribuir a la falta de favor de algo, de alguien o de algunos más allá, por aquello que consideramos castigos, mala suerte, o el infortunio que podemos padecer en determinados momentos, así como ahora frente a esta pandemia. Lo anterior, hasta cierto punto, es entendible, ya que, como ahora, nos enfrentamos a una situación que en cierta medida sobrepasa nuestro entendimiento, nos abruma tratar de entenderla racionalmente y mucho más nos preocupa, sobrevivirla. Ahora bien, muchas veces, por el tamaño de nuestros egos, olvidamos atribuir nuestra “buena fortuna” -entre comillas- a ese algo, alguien o algunos, y esto no lo menciono como critica a ningún sistema de creencias, sino para abarcar todo aquello que influye en nuestras mentes, y además como una crítica a nosotros mismos, a aquella postura egocéntrica en la que nos creemos forjadores de todo lo bueno que nos sucede, pero rápidamente nos desprendemos de esa posición, cuando atravesamos momentos difíciles; los cuales nos hacen entender que somos un grano de arena en la playa. En mi opinión, la Fortuna, la Suerte, la Casualidad, como fenómenos sobrenaturales no existen; como recursos lingüísticos, semánticos, para describir las condiciones o eventos que rodean a una persona, sí. En ese sentido, como masones, quienes manifestamos no ser supersticiosos, debemos optar por actuar de una manera tal, en la que lo que llamamos la suerte y la fortuna respondan a nuestras acciones para que causen resultados positivos, o para minimizar resultados o situaciones evidentemente desfavorables. Básico, la actitud frente a la vida, actitud que no materializa cosas, que no genera mágicamente resultados o cambios de condiciones, pero que nos abre a decisiones más positivas, a atrevernos ante nuevas oportunidades, a superar derrotas y obstáculos, a salir de nuestra zona de confort, a emigrar incluso, a seguir nuestra intuición, a darle mayor valor a nuestro pensamiento crítico, a no seguir los mismos pasos para obtener resultados diferentes, a alejar o a evitar contaminarnos con gente pesimista o tóxica, sin llegar a los extremos, y a no perder el buen humor. También, seamos agradecidos por lo que tenemos, por lo que somos, por los que nos rodean, por nuestras familias, por nuestros hermanos masones, por nuestras Logias, y empáticos con los que han sufrido pérdidas, con los que más necesitan y más nos necesitan, por los que están en las posiciones más bajas de la rueda de la fortuna, y ojo, no nos circunscribamos a lo económico, porque lo emocional, lo sentimental, la fe y las esperanzas están siendo puestas a prueba. No dejemos desafallecer nuestra Fe, la que sea, aquella que profesemos, mantengamos nuestras Esperanzas y continuemos con nuestra Caridad y Amor Fraternal. Bendícenos G.·. A.·. D.·. U.·. -Tiempo vino en el que el hombre más sabio no podrá decir cuando, y en el que de nada valen las distinciones.- TAF Pepe M